Juan Schenk, hijo de padre suizo y de madre española, nace el 21 de octubre de 1926 en Valencia. Los primeros rudimentos de enseñanza primaria los recibe en las religiosas franciscanas del Grao, Valencia, hasta que hace su primera comunión, el 31 de mayo de 1934. En octubre de ese mismo año ingresa como alumno interno en el colegio de los salesianos, de Valencia: 1934-35 y 1935-36. En junio de este último año terminan las clases y poco después, el mes siguiente, comienza la guerra civil española, por lo que tiene que interrumpir su internado. El 1 de abril de 1939 finaliza la guerra, y se matricula en una academia en la que aprobará en cuatro años los siete cursos de bachillerato. El 1 de julio de 1943, Juan, tras haber aprobado el examen de Estado, decide estudiar en la facultad de medicina. A la entrada del verano de 1944 aprueba el primer curso de carrera médica.
Juan, aunque creyente, vive bastante alejado de la Iglesia. Se enamora, y es ella la que trata de acercarle a la Iglesia. Consigue ponerlo en contacto con D. Eladio España, un sacerdote que tiene fama de confesor para los jóvenes. Se confiesa y empieza a comulgar todos los días. Es este sacerdote quien le guiará en su vida espiritual.
Juan comienza a leer los Evangelios y llega a sus manos un libro «Historia de un alma», la autobiografía de santa Teresita del Niño Jesús. Su sencillez y la importancia de las pequeñas cosas hechas con amor de esta santa, le hacen reflexionar a Juan y se pregunta: ¿Y si fuera sacerdote? Por fin se decide. Los padres responden a esta petición negativamente. Juan está decidido y no le importa. La noche del 3 de octubre de 1944 es la primera que el nuevo seminarista duerme en el Seminario. La Iglesia en aquella época celebra la festividad de santa Teresita del Niño Jesús.
En 1945, tras las correspondientes oposiciones ingresa como becario en el Colegio Mayor de Corpus Christi. Seis años permanece en este Colegio, simultaneando sus estudios sacerdotales con los de Filosofía y Letras. Sección Historia. En 1951 obtiene la licenciatura en Historia, pero hay otra meta más profundamente deseada a la que también llega: el sacerdocio. El día 29 de junio es ordenado sacerdote, posteriormente el Arzobispo de Valencia decide enviarle a Roma para que estudie teología en el Angelicum de Roma.
Tras dos años de estancia en Roma, vuelve a Valencia el doctor en teología. En agosto de 1953, ya en Valencia, es destinado a su primera parroquia en la provincia de Castellón, en donde el joven sacerdote ejerce su labor de pastor de almas con entusiasmo y entereza. A los dos años, es nombrado, a últimos de julio de 1955, cura ecónomo de la parroquia de san Bartolomé de Alfara del Patriarca. Un pueblo, situado a 7 kilómetros de Valencia.
Los primeros tiempos
Aunque la finalidad de la labor pastoral no parecía tener otra meta que la pastoral parroquial, el Padre Juan, no cesa de estar atento y de seguir cuanto sucede en la Iglesia. Tres apartados requieren nuestra atención para comprender con mayor exactitud cuanto va a suceder posteriormente. Estos son: El Movimiento por un Mundo Mejor; el Movimiento Oasis y, por último, el Movimiento FAC. En los primeros meses de 1956, asiste a un Curso de Ejercitaciones del Movimiento por un Mundo Mejor en el Centro de La Granja (Segovia). La exposición de los temas son como un rayo de luz en medio del camino para él. El Curso de la Granja despertóo en su ánimo, un deseo de mayor profundización y acercamiento hacia el Movimiento Fac . Así, en el verano del mismo año asiste de nuevo a un curso de Ejercitaciones, pero esta vez en el Centro Mundial del Movimiento, Rocca di Papa Roma, en las cercanías de Castel Gandolfo (Italia). En dichas Ejercitaciones oye hablar por vez primera del Movimiento «Oasis», se informa profundamente del mismo, acopia documentación y decide darlo a conocer a un grupo de jóvenes que viven en su parroquia.
Terminado este curso se dirige a Velate di Varese Milan, que es donde tiene su Centro internacional el Movimiento Fac. Allí permanece un mes. Le entusiasman las iniciativas y métodos de pastoral y se decide a prepararse con el fin de hacerse cargo para difundirlo en tierras españolas. Así, asume la responsabilidad de organizar y difundir estas iniciativas pastorales en España para lo que crea una Secretaría Nacional del Movimiento Fac. Ya de regreso en Valencia, para cumplimentar su deseo, comienza por poner en práctica en su parroquia todas las iniciativas pastorales del FAC. Pronto se da cuenta que necesita, además de los miembros de su parroquia, alguien que colabore en su tarea apostólica con total entrega. Ya había comunicado a un grupo de jóvenes de su parroquia el ideal del Movimiento «Oasis» y les invita a pertenecer al mismo. Estas jóvenes acogen la idea con ilusión, y se comprometen con el voto de castidad perfecta temporal y a la vida espiritual propia del reglamento del Movimiento Oasis.
El Padre Juan, una vez experimentadas en su parroquia las iniciativas del Movimiento Fac, tal y como se ha comprometido, decide comenzar a dar cursos para sacerdotes. Como necesita alguien que colabore en su tarea apostólica para la difusión por toda España, de esta forma de trabajar en la pastoral parroquial, las «oasinas» de la parroquia se ofrecen para realizar este apostolado. Desde la parroquia se empieza a escribir cartas y hacer propaganda dirigida a todos los sacerdotes españoles y portugueses. Cada vez más el Padre Juan es reclamado por las diócesis españolas para dar un curso a los sacerdotes y seglares. El equipo que se desplaza a las diversas localidades lo forman el Padre Juan, su padre, que le acompaña siempre en esos viajes, y dos «oasinas» que se encargan del aspecto de organización del material del mismo. Así, además de Valencia, el Padre Juan y el grupo de «oasinas» van impartiendo cursos FAC y difundiendo el carisma del Oasis por todo el territorio español y portugués. El trabajo es mucho y algunas veces se encuentra en apuros ya que tiene que hacer frente a la parroquia y a la Secretaría del movimiento Fac. Como piensa que no puede continuar así solicita del arzobispo que lo libere de la parroquia para poder dedicarse plenamente a la Secretaría del Movimiento FAC nacional.
Termina el Concilio Vaticano II
La información del sentido de los debates conciliares ha sido seguido por el Padre Juan. A la luz de un atento estudio de los mismos, se van vislumbrando fronteras de mucha mayor amplitud y exigencias de servicio eclesial más rigurosas y eficaces para el bien de la propia misión eclesial. Cada vez parece estar más claro que los límites –estrictamente parroquiales- del Movimiento FAC resultan estrechos de cara a las nuevas necesidades. El Padre Juan es designado por la diócesis de Valencia al cargo de Secretario de la Comisión Diocesana de Pastoral. Posteriormente es nombrado vicesecretario diocesano de pastoral. Pronto se da cuenta de la falta de vitalidad que con el nuevo cargo tiene y como sus ansias de trabajar por la Iglesia superan a tener un puesto en la curia, se desliga del mismo y dedica su tiempo y energías al carisma propio.
La lectura de la Constitución «Gaudium et sepes» , le hace ver a él y al grupo por él dirigido de las consagradas del «Oasis», que el mayor peligro para la Iglesia consiste en la falta de sentido de la trascendencia por parte del hombre. Para el Padre Juan y el grupo queda claro que la empresa a la que vale la pena dedicar la vida es la de difundir con claridad el concepto de hombre como hijo de Dios. Así la Secretaría del Movimiento FAC se transforma en una casa editora con el nombre EDICEP. El carisma que le inspira al Padre Juan al crear esta editorial es: la animación de la vida sacerdotal y religiosa; la oferta de iniciativas pastorales de signo constructivo; proporcionar los instrumentos culturales fundamentales que hagan posible la rehabilitación del papel nutricio de la Tradición y sobre todo, la difusión y defensa de la autoridad magisterial de la Iglesia.
La Editorial con esta marcada finalidad, edita libros de pastoral, espiritualidad, teología, filosofía, Sagrada Escritura, Documentos de la Iglesia, Historia. Todas estas publicaciones se difunden en toda el habla hispana. Uno de los libros editados es una selección de mil quinientas frases pronunciadas por Juan Pablo II en sus diversos viajes y que EDICEP ha difundido por todos los países de habla hispana. Con motivo de regalarle al Santo Padre esta publicación y siendo que el grupo cumple 25 años de su vida consagrada, se solicita una audiencia privada con el Papa. El 6 de diciembre de 1983 son recibidas por Juan Pablo II y posteriormente el día 9 asisten a la Santa Misa en su capilla privada.
Nace una nueva fundación
En el transcurso de la audiencia, el Papa pasa a interesarse por la peripecia biográfica y eclesial del grupo. La respuesta es, que están consagradas pero en el anonimato. El Santo Padre les convence a que sigan por ese camino, pero que consoliden esa consagración y que intensifiquen su apostolado en Iberoamárica.
Nuevamente después de asistir a la misa el día 9 el Santo Padre repite la consigna que les dio el día 6 en la audiencia particular. Tal insistencia no podía ser interpretada de otra forma, sino en el sentido de que la consagración privada pasase a ser reconocida oficial y canónicamente por parte de la Iglesia a través de la erección de un Instituto Secular.
Sabe el Padre Juan que el Santo Padre le ha marcado la responsabilidad de fundar con el grupo que está dirigiendo una nueva familia dentro de la Iglesia con el fin de llevar a la realidad las inquietudes por él vividas. Ellas, aunque temerosas, están decididas a emprender esta aventura, que no es ni más ni menos que lo que están haciendo siguiendo las directrices del Padre Juan.
Se preparan los Estatutos y el día 6 de diciembre de 1987 son aprobados por el Dicasterio y el 31 de mayo de 1988 es aprobado por el entonces Arzobispo de Valencia, D. Miguel Roca Cabanellas, el Instituto Secular Lumen Christi.
El 24 de junio de 1988, día de san Juan Bautista, para festejar la aprobación del Instituto Secular Lumen Christi, se celebra una misa solemne presidida por Mons Roca Cabanellas acompañado por un numeroso grupo de sacerdotes concelebrantes. La ceremonia es muy brillante y solemne. Dentro de la misma se procede a la lectura del Decreto de erección.
Durante trece años el Instituto se expandió en Santiago de Compostela; México y Santo Domingo. El Padre Juan estuvo visitando todos estos lugares impartiendo Ejercicios Espirituales a las consagradas y aspirantes e ingresaron varios miembros. Los cinco últimos años hasta el 2001 en que le llamó el Padre Eterno a su seno fue probado con graves enfermedades. Este mismo año el día 29 de junio tenía que celebrar sus Bodas de Oro sacerdotales y dos días antes el día 26 se fue para celebrarlas en el cielo.